Lectio Divina del 14 de enero

Seguir a Cristo desde la doble vía del llamado y la respuesta

«Habla, Señor, que tu siervo escucha».

La experiencia de caminar con Jesús se materializa en un llamado y una respuesta propia de aquel que recibe la llamada. Por ende, es una vía bidireccional que implica escuchar y responder, incluso con los temores inherentes a la existencia.

Primera Lectura: Del primer libro de Samuel 3, 3b-10. 19

Segunda lectura: De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 13c-15a. 17-20

Evangelio Según San Juan 1, 35-42

La experiencia de Samuel representa la constante respuesta de la humanidad para abrazar los diversos llamados de la vida. Nos encontramos frente a diversas voces que nos instan a vivir de cierta manera, y corremos en busca de una respuesta. Sin embargo, Samuel, a pesar de sus intentos, no logra identificar la voz del Señor hasta el tercer llamado y con la guía de Elí. La respuesta de Samuel es dócil, atenta y con un corazón abierto. Descubrir la autenticidad del llamado divino requiere reconocer la voz de quien habla y escuchar. La escucha divina es una virtud desafiante de cultivar en un mundo ruidoso lleno de voces llamativas. A pesar de ello, Samuel, desde la docilidad de su corazón, responde: «Habla, Señor, que tu siervo escucha». La docilidad y el silencio interior se convierten así en tareas esenciales para responder con certeza y fidelidad a la vocación y el sueño que Dios tiene preparado para aquellos a quienes ama.

Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 6, 13c-15a. 17-20

«¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? El que se une al Señor es un espíritu con él». La comprensión cristiana del cuerpo se basa en contemplarlo como el sagrario del espíritu. Esta perspectiva confiere al cuerpo un valor sagrado al permitir manifestar con sus acciones la presencia divina. En una cultura obsesionada por la apariencia física y los estándares de belleza, la mirada cristiana del cuerpo implica un cuidado equilibrado de las necesidades básicas y de los placeres propios. La enseñanza de San Pablo destaca que el cuerpo puede convertirse en una expresión de glorificación al Señor, lo que implica cuidarlo, amarlo, respetarlo y valorarlo. Es crucial profundizar en la teología del cuerpo y en las reflexiones de San Juan Pablo II para obtener una nueva comprensión de la sexualidad y el amor.

Evangelio según san Juan 1, 35-42

«¿Qué buscáis?». Él les dijo: «Venid y veréis».

La experiencia del llamado se traduce en una respuesta a la búsqueda humana de la felicidad y el sentido de la vida. El llamado de Andrés y Juan refleja las características del llamado de Jesús, que enseña, acompaña y cautiva con solo unas palabras profundas y desde el corazón. Cada persona tiene diferentes búsquedas en la vida, algunas responden a historias personales, situaciones complejas, deseos y sueños. El encuentro de Jesús con estos discípulos manifiesta el deseo divino de encontrarse con aquellos que buscan respuestas. El llamado de Cristo presenta nuevas formas de pensar, actuar y relacionarse. San Ambrosio de Milán nos insta a buscar a Cristo no con pasos corporales, sino con la disposición del alma y la contemplación desde el corazón, que implica una profunda fe y un alma capaz de anhelar lo eterno desde la tierra.

Fruto: Pide al Señor que te haga un contemplativo de la vida, capaz de escuchar los llamados que te hace para vivir con plenitud desde el seguimiento propuesto por Jesucristo.

Hna. Johanna Andrea Cifuentes Gómez, tc

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