A los filipinos les encanta divertirse y celebrar y la Navidad en Filipinas es la celebración navideña más larga del mundo. Da comienzo a partir del día 1 de septiembre, inicio de los meses «bre» hasta la Fiesta del Santo Niño. «Bre Months» significa que se acerca la Navidad. Se puede percibir en las decoraciones y canciones en los parques, calles, casas, centros comerciales, hospitales, escuelas, autobuses, jeepneys, taxis y otros lugares públicos.
Filipinas tiene muchas costumbres y tradiciones y la más significativa y hermosa es la Navidad, tiempo para estar con la familia y los seres queridos. Tiempo de acción de gracias, reconciliación y celebración de la vida y el amor en la familia. Tiempo en el que los miembros de la familia que están fuera del país vuelven a casa para estar con sus seres queridos. Y a aquellos a quienes no les es posible por alguna razón, siempre añoran y extrañan estar en casa durante la Navidad en Filipinas.
Como dicen, «¡ES MÁS DIVERTIDO EN FILIPINAS!». Pero no es solo la «diversión», sino también el ambiente, la risa y la alegría de la gente que se comparte a pesar de muchas situaciones negativas, pobreza, hambre, desastres o calamidades naturales, etc. En Filipinas, especialmente durante la Navidad, hay una “pandemia” de compartir, amar y cuidarse mutuamente. Se organizan muchas actividades y programas de ayuda alimenticia en favor de orfanatos y otros grupos en necesidad. Junto a esto hay también mucha diversión.
Por último, uno de los platos fuertes de la Navidad es el «SIMBANG GABI», palabra en tagalog que significa «Misa en la noche» o «MISA DE GALLO» («Misa al amanecer»). Es una celebración eucarística de nueve días antes de la Nochebuena, en honor a la Santísima Virgen María que llevó a Jesús en su vientre durante nueve meses. En esta celebración, la mayoría de las personas que participan en ella creen que una vez completados íntegramente los nueve días de misa, sus «necesidades o los deseos de su corazón” les serán concedidos por Dios. De hecho, incluso la pandemia de Covid-19 no impidió que la gente asistiera a esta celebración. A pesar de las restricciones implementadas, todavía mucha gente, llena de una gran esperanza y fe inundó las iglesias. Esto de alguna manera muestra la resiliencia del pueblo filipino ante la adversidad, seguros de que por muy difíciles o desesperadas que sean las circunstancias, siempre existe esa luz que irradia en el corazón de cada persona, la luz que es Cristo mismo, el Dios hecho carne, y que habita entre nosotros, nuestra «Star ng Pasko» o la «Luz de la Navidad» que brilla en cada hogar, cada persona y cada familia o comunidad, incluso en tiempos de sufrimiento, dolor y pobreza.
A pesar de la realidad de la globalización y la modernización, la Navidad para los filipinos, tanto aquí en el país como en el extranjero es una «Navidad en nuestros corazones» como dice el título de la famosa canción de José Mari Chan, que se toca habitualmente el día 1 de septiembre. Su letra tiene un significado profundo y me gustaría subrayar algunos versos: «Dejemos que Él nos guíe, mientras comienza otro Año Nuevo, y que el espíritu de la Navidad, esté siempre en nuestros corazones …» Creo que la mayoría de los filipinos guardan esta súplica en sus corazones, especialmente aquellos que creen en Dios, más allá de la religión que profesen o de cualquier situación que estén experimentando en sus vidas. Espero y oro para que al celebrar esta Navidad, sea Jesús en el pesebre lo que recordemos, y que su presencia en nuestros corazones y en nuestras vidas sea lo que compartamos con los demás, especialmente con nuestros seres queridos, nuestras hermanas en la comunidad y con las personas que encontramos en la misión.
HNA. FRANCES LARAINE ANDRADE, TC