Convencidas que nuestra vocación de mujeres consagradas como Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia sea un don grande y hermoso que Dios nos ha hecho y que el acompañamiento a los jóvenes es parte de nuestra misión, cultivamos la pastoral vocacional como espacio de búsqueda y encuentro con los jóvenes para que, aun en medio de tantas propuesta que reciben para buscar su autorrealización, logren descubrir la llamada de Dios y tengan la fortaleza para responderle y encontrar así la verdadera felicidad.