19 de septiembre: Peregrinación a Asís
El 19 de septiembre, muy temprano, las hermanas capitulares junto con las hermanas que prestan su servicio en la casa general, salimos en peregrinación a Asís, con el deseo y la ilusión de encontrarnos con las fuentes de nuestro Carisma. Para unas hermanas fue la primera vez y para otras un volver a este lugar entrañable, cuna de Francisco, hermano menor y mensajero de misericordia.
En el paisaje verde de la Umbría empezamos a respirar ese aire de fraternidad universal con hermana tierra y hermano sol.
La primera etapa de nuestra peregrinación fue en la Basílica de Santa María de los Ángeles, en cuyo interior se encuentra la pequeña capilla de la Porciúncula, cuna del franciscanismo porque fue aquí donde Francisco, al escuchar la lectura del Evangelio, comprendió más claramente su vocación y donde fundó la Orden de los Hermanos Menores y aquí recibió a Clara y la consagró al Señor fundando la Orden de las «Damas Pobres». Aquí, celebró los primeros Capítulos y desde aquí envió a sus hermanos como misioneros de paz y bien. En este mismo lugar de oración, Francisco impetró y recibió, por intercesión de María, la indulgencia del Perdón de Asís y, fue aquí donde finalmente, quiso morir.
En este lugar entrañable, imbuido de silencio, paz y misericordia, participamos en la Eucaristía, celebrada en la capilla de Santa Clara. Posterior a la misa, dispusimos del tiempo apropiado para recorrer y “estar”, en oración y silencio en lugares especiales como la capilla del Tránsito y la Porciúncula.
Posteriormente, nos encaminamos hacia la ciudad de Asís. Al llegar y recorrer los diferentes lugares, cada hermana tuvo la oportunidad de realizar, desde su interior, una auténtica peregrinación vocacional, al lado de Francisco y Clara, cuya presencia acompaña e ilumina nuestros caminos personales y comunitarios de búsquedas y encuentros. Las Basílicas de San Francisco y de Santa Clara, la ermita de San Damián, así como, las distintas capillas, calles y plazas que hablan de la extraordinaria presencia de Francisco, nos hicieron experimentar la renovada llamada a crecer desde la espiritualidad de la pequeñez en la que nuestra frágil humanidad se abre a la fuerza redentora de Jesús crucificado y resucitado, contemplada serenamente en la imagen del Cristo de San Damián.
En horas de la tarde, regresamos a casa, agradecidas con la Hna. Ana Tulia López Bedoya y su Consejo por propiciarnos este día de fraternidad y oración que nos nutrió fuertemente en las raíces carismáticas y nos dispuso a continuar con nuestro proceso capitular.
20 de septiembre: Retiro de discernimiento para las elecciones del nuevo equipo de Gobierno general
En este día, vísperas del día de la elección de la Superiora general y su Consejo, las Hermanas capitulares vivieron una jornada de retiro para disponerse desde la fe a vivir este acontecimiento. Las Hermanas de la Provincia “Madre del Buen Pastor” ambientaron el día desde la oración de la mañana.
Reunidas en la sala capitular acompañadas por el Padre Maurizio Bevilacqua, CMF quien orientó la reflexión orante de cada una presentando algunos principios del discernimiento desde la Palabra de Dios y la experiencia de San Benito, Santa Clara de Asís, San Ignacio de Loyola y el Papa Francisco, haciendo énfasis en la importancia de que cada una esté dispuesta a escuchar a las demás, buscando lo mejor para la Congregación. Subrayó, además, que una elección capitular es fruto de un discernimiento comunitario y que lo que cada una aporta va indicando el camino a recorrer juntas.
El resto de la jornada transcurrió en silencio y en el encuentro personal con Dios profundizando su Palabra y los puntos ofrecidos por el Padre Maurizio. Fue un día de acción de gracias a Dios por los dones de cada hermana, pidiendo al Espíritu Santo su luz para que, desde El, podamos elegir a las hermanas que acompañarán la Congregación como Gobierno general en este sexenio 2022 – 2028.
Día 21 de septiembre, elección de la Superiora general
Preparadas por el Señor para este momento ya desde el día anterior y sintiéndonos en comunión de oración con toda la Congregación, a las 9:30 a.m. todas las hermanas capitulares se dirigieron a la sala capitular para la votación. La Presidenta del Capítulo, Hna. Ana Tulia López Bedoya, recordó el procedimiento de elecciones descrito en nuestras Constituciones, Directorio y Reglamento capitular y dio lectura de un texto de nuestro Padre Fundador Luis Amigo, que dibuja el perfil de la Superiora general: “La Superiora general es la cabeza y guía de toda la Congregación y sobre todo la Madre de todas las religiosas de ella. Por esto debe elegirse para tan honroso cargo a una Religiosa amiga de la observancia, animada de un grande celo por el bien de la Congregación, y tan intachable en sus costumbres que pueda ser modelo de sus hermanas. Asimismo, deberá estar dotada de un grande corazón, de un espíritu recto, de una voluntad firme, de mucha suavidad en el trato, y sobre todo de una exquisita circunspección y prudencia” (Cfr. OCLA 2319).
Llegado el momento de las votaciones, en la sala capitular se respiraba un ambiente de silencio, oración y respeto; un mismo espíritu, una sola fe, un solo Señor y un fuerte sentido de pertenencia a una sola Congregación unía a todas las hermanas presentes. Llevadas por el Espíritu de Dios cuya presencia es percibida por toda la sala capitular, cada hermana escribió un nombre en la papeleta de votación y, hecho el escrutinio, quedó elegida como Superiora general para el sexenio 2022-2028, la Hna. Blanca Nidia Bedoya Salazar. Al preguntarle la Hermana Presidenta del Capítulo si aceptaba asumir este servicio, ella, con profunda conmoción, dio su sí confiado, y un grande aplauso celebró este momento de grande emoción para todas. Las Hermanas capitulares, con sus abrazos, quisieron hacerle sentir su fraterna cercanía; en un segundo momento, junto con las hermanas de la comunidad que en estos días atienden varios servicios en la casa, se reunieron en la capilla para cantar el Te Deum de acción de gracias. En el marco de este momento de oración, la Hna. Tulia entregó a la Hna. Blanca Nidia una vasija de barro que representaba a la Congregación, frágil pero preciosa y ella la recibió viendo en esta misma vasija su frágil persona que se abría a la gracia de Dios y a Él confiaba la misión que se le había entregado.
Finalizamos el día con la Eucaristía de la fiesta litúrgica de San Mateo que estuvo presidida por el Arzobispo Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica Mons. José Rodríguez Carballo. Una emotiva y esperanzadora motivación introducía la celebración poniendo nuestra Congregación ante nuevos desafíos de fraternidad y compromiso con los otros. En su homilía, haciendo referencia al Evangelio que hablaba de llamada y del compartir, dirigiéndose a todo el Capítulo, Mons. Carballo habló del seguimiento, la comunión y el camino recordando que, el seguimiento de Cristo requiere “poner los propios pies en las huellas que Él mismo ha dejado” en el camino que Él ha recorrido que, con frecuencia, es un camino de cruz y poniendo en evidencia la importancia de vivir en comunión para recorrer juntas el mismo camino: esto está en perfecta sintonía con la vocación franciscana y responde a la invitación de la Chiesa a vivir la sinodalidad.
En el momento del ofertorio la Hna. Blanca Nidia junto con la Hna. Tulia llevaron al altar una vela y un globo y otras cuatro hermanas presentaron ante el altar cuatro velas que representaban los continentes de Europa, América, África y Asia donde la Congregación está presente y, en el marco de esta Eucaristía, la Hna. Tulia renovó la entrega de la Congregación a la Hna. Blanca Nidia quien afirmó recibir este envió en fe y con la esperanza de que todas caminemos en sinodalidad. La asamblea, acompañó este gesto con un fuerte y emotivo aplauso iniciado por Mons. Carballo quien expresó una vez más su felicitación a la nueva Superiora general y el agradecimiento a la Hna. Ana Tulia por el servicio prestado a la Congregación y a la Iglesia.
Este día solemne e intenso terminó compartiendo la cena con Mons Carballo en un ambiente de alegría y fraternidad.