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ECOS DEL XXIII CAPITULO GENERAL Dias 10 y 11 de septiembre 2022

Celebración con motivo de “El tiempo de la creación”.

El día 10 de setiembre las Hermanas de la Provincia Madre del Buen Pastor animaron la oración de la mañana, con una celebración especial uniéndonos a la iniciativa de “El tiempo de la creación”, la cual, en este mes de septiembre y hasta el 4 octubre, une a millones de cristianos del mundo, en oración y acción por nuestro hogar común; sensibilizándonos ante la urgencia de ser corresponsables en el cuidado, protección y respeto a la creación propio de nuestro ser franciscano.

Iluminación sobre el tema capitular

Durante los días 10 y 11 el Padre Luis Alberto Gonzalo Díez, CMF, presentó a las Hermanas capitulares una charla de introducción a la reflexión capitular. La conferencia, giró alrededor del tema de la comunidad que debe ser, antes que todo, un “hogar que escucha, reconoce y abre búsquedas” y su contenido fue verdaderamente una iluminación para el tema del Capítulo y, en la medida que avanzábamos en el desarrollo de la conferencia, las Hermanas capitulares iban focalizando aspectos importantes de la vida y misión de la Congregación a tener en cuenta durante el Capítulo.

El padre Gonzalo considerando que la principal urgencia para la vida consagrada es impulsar comunidades – hogar, ricas en gozo del Espíritu, que sean antídoto eficaz contra la soledad, sean constantemente inspiradas en el carisma, energía de comunión y misión, ofrezcan el don de la fraternidad y la amistad social y en la cuales el liderazgo alternativo favorezca la corresponsabilidad y contribuya a mantener un ambiente de familia, nos invitó a mantener vivo nuestro ser mujeres capaces de engendrar y cuidar la vida y crear hogar.

A lo largo de las sesiones, el Padre habló con profundidad de los signos, claves y elementos de diseño para la construcción de las comunidades-hogar y las hermanas participaron compartiendo resonancias personales que enriquecieron este momento de iluminación.

Cada día se clausuró con la Eucaristía que retomó y presentó al Señor la jornada capitular vivida.

Agradecemos al Padre Luis Alberto su presencia fraterna y las orientaciones que nos ofreció para continuar en este camino de escucha y acogida de nuestra realidad.

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XXII Capítulo general – Artículo 1

En este día, fiesta de nuestras Hermanas Beatas Mártires el Señor nos vuelve a dar un regalo: la participación en la Audiencia del Santo Padre. Muy temprano encaminamos nuestros pasos hacia la Plaza de san Pedro y aunque la espera fue larga, supuso un tiempo de confraternizar con tantas personas que, como nosotras, iban a encontrarse con nuestro Pastor, sucesor de Pedro, deseosas de verlo y escucharlo. Gran experiencia de Iglesia Universal. La catequesis del Papa giró en torno al evangelio de Lucas 23, 39-43. Jesús, colgado en la cruz, comparte su suerte con dos ladrones. Las palabras del Papa, una vez más, tocan el corazón de cada persona, invitándonos a la misericordia. ¿Es posible que alguien que haya hecho el mal tenga acceso al perdón de Dios? Y el Papa fue tajante: “ninguna persona está excluida de ese perdón que es para todos”. En varias ocasiones fue anunciada nuestra presencia como Capítulo general y con mucha alegría hicimos visible nuestra ubicación. El Papa Francisco, al finalizar la audiencia, se acercó a la Hna. Tulia López, Superiora general, dándole su bendición y en ella, a toda la Congregación. Fue muy emocionante experimentar la cercanía de nuestro Papa Francisco a cada una de las personas en la Audiencia y en especial a los enfermos y niños.



 


Concluida la audiencia, cada hermana organizó el tiempo libre para compartir, descansar y realizar gestiones personales…un tiempo bien aprovechado por todas.

Ya en la Curia general, nos disponemos a celebrar con gozo y solemnidad la Eucaristía, juntamente con las Vísperas. Las hermanas de la liturgia nos ambientan recordándonos el martirio de nuestras Beatas Mártires Rosario, Serafina y Francisca, por confesar la fe, aceptándolo generosamente por amor, perdonando incluso a sus verdugos. Agradecemos al Señor por este don a nuestra Congregación y le rogamos por nuestro XXII Capítulo general para que finalicemos convencidas de que Él ha pasado por nuestra historia personal y congregacional y nos sigue invitando a entregar la vida.

Preside nuestra celebración el P. Marino Martínez, Superior general de nuestros hermanos Terciarios Capuchinos, quien en su homilía destaca la belleza interior de nuestras Mártires, una belleza nacida de la libertad. Nos habla de las condiciones y exigencias para ser testigo de Jesús. Él emprendió el camino de Galilea a Jerusalén, enviado en misión para morir en la Cruz. La libertad se mueve en la obediencia a la voluntad del Padre. En el camino que recorrió Jesús fue formando a sus discípulos. ¿Qué nos pide hoy a nosotras? Despojo para poder seguirle “a su manera”. Y el P. Marino señala tres exigencias en ese seguimiento: abandonar, no apegarse a los bienes y capacidad para cortar, que debemos integrarlas en una nueva existencia movida por un eje que es Jesús. Celebrar la fiesta de nuestras mártires nos tiene que ayudar a descubrir qué significa seguir al Señor, ser discípula, sin condiciones.

Finalizada la Eucaristía, se procede a la veneración de la reliquia de nuestra Hna. Francisca Javier de Rafelbuñol, que se custodia en la Capilla de la Curia General, en una urna dispuesta al efecto, después de la beatificación. La Hna. Mª Desamparados Alejos explica el proceso de exhumación e inhumación y cómo la reliquia consiste en una parte del coxis de la mártir, atravesado por la bala.

Colocada la reliquia encima del altar, cada hermana fue pasando delante de la reliquia, colocando allí su vida, sus sentimientos y palabras.

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XXII Capítulo general – Artículo 2

Celebramos en la Iglesia, con toda la familia franciscana, la solemnidad de san Francisco de Asís. Las hermanas responsables de la liturgia de este día nos invitan ya desde nuestra oración de Laudes, a alabar y bendecir al Señor por el Serafín de Asís, enamorado de Jesucristo, su Dios y su Todo. La historia de Francisco, es la historia de la gracia y de la conversión. Es la historia de la respuesta fiel, generosa y abnegada de quien se siente irresistiblemente atraído y amado por Jesús. Hoy que llegamos al final de nuestro XXII Capítulo General, nos dicen, pidamos también esta gracia para cada una de nosotras: ser mujeres apasionadas por Cristo y por la humanidad; con entrañas de misericordia y compasión ante el sufrimiento humano; que sintamos la urgencia del Señor que nos insiste: “Vete y haz tú lo mismo” y sepamos contagiar a nuestras hermanas todo cuanto hemos vivido en estos días de gracia y comunión, plasmado en las Conclusiones y Acuerdos que dinamizarán la vida y misión de nuestra Congregación en el sexenio que iniciamos. En el tiempo de adoración eucarística gustamos todo lo escuchado y celebrado.

En la mañana, por última vez en este Capítulo, nos reunimos en la Sala Capitular, donde hemos dialogado, discernido, compartido tantas horas de trabajo y búsqueda conjunta.

Seguidamente, Hna. Tulia López, Superiora General, nos dirige unas sentidas palabras. Recuerda que con la convocatoria de este XXII Capítulo general, toda la Congregación se puso en camino para participar de la rica experiencia reveladora del misterio sorprendente de Dios que, con la riqueza de su Espíritu fue suscitando en el corazón de cada una el compromiso de la compasión y la misericordia. Como el Buen Samaritano, nos dice, miramos juntas más allá de nuestras realidades, con una actitud “en salida, abiertas a ver lo que otros no ven y a oír lo que otros no perciben de sufrimiento, de dolor y de abandono”. Este XXII Capítulo general nos reta ser mujeres contemplativas, a amarnos, acogernos y abrazar la fraternidad como hermanas menores seducidas por la pequeñez, hermanas misericordiosas que respondamos al imperativo de la proximidad, hermanas en misión, impulsadas a la audacia de la compasión, hermanas interculturadas, que testimoniemos la profecía de la comunión fraterna.

Hna. Tulia continúa diciendo “Como Gobierno General, trabajaremos con empeño para que la Congregación viva en verdad y coherencia las Opciones propuestas, haremos lo posible para que el aceite de nuestra lámpara no se apague para obedecer al mandato -haz tú lo mismo-; contamos con ustedes en este servicio que el Señor nos ha encomendado”. Y termina dando gracias en primer lugar al Señor que ha estado con nosotras en este caminar capitular, a Hna. Yolanda de Mª Arriaga y su Consejo, a todas las hermanas que han colaborado en este Capítulo desde las distintos comisiones y servicios encomendados; también a las hermanas de la comunidad local y, por su puesto, a todas las Capitulares. Para finalizar, nos invita a regresar a nuestros países con la alegría del deber cumplido y llevar a las Hermanas el mensaje de un Capítulo desbordado por la presencia del Espíritu.

Después del mensaje de Hna. Tulia, damos paso a la celebración de clausura de este XXII Capítulo general. En la ambientación, las hermanas expresan: “Hemos llegado al final de este acontecimiento congregacional y nos preguntamos, ¿con que nos quedamos? Que el imperativo de Jesús: “¡Vete y haz tú lo mismo!” impregne nuestro corazón y se convierta en regla de vida. Hagamos nuestra esta palabra y dejemos que la fuerza del Espíritu Santo nos transforme en mujeres consagradas renovadas, movidas a compasión y capaces de ir a la misión, abiertas a la interculturalidad”.