El campo de la salud fue el primer ámbito de nuestro servicio. Desde entonces, según la necesidad de tiempos y lugares, estamos presentes en hospitales, residencias de ancianos, centros nutricionales para niños y puestos de salud. Creyendo que en cada enfermo está presente Cristo, contemplamos en ellos su rostro y procuramos atenderles con bondad, solicitud, paciencia y comprensión. Promovemos el respeto y la defensa de la vida humana y desde la fe en el Evangelio, acompañamos a quienes se preparan al encuentro con el Padre para que, junto con sus familias, vivan este momento, con paz y esperanza (cf. Dir. 45, 46 y 47).