Queremos iniciar este compartir que, más que un artículo es el reflejo de nuestras vivencias, agradeciendo a las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia por guiarnos y enseñarnos, pero sobre todo por darnos voz, en un mundo donde silenciar vidas es fácil.
Somos Carolina y Santiago, dos jóvenes colombianos, residentes en la ciudad de Medellín; tenemos 26 y 27 años respectivamente y queremos contarte un poco de nuestra experiencia, sin más pretensión que acercarte a los jóvenes de hoy y nuestras opciones. En procesos juveniles llevamos más de diez años, comenzando en este bonito cuento, gracias a la invitación de una de las hermanas.
Pertenecer a un grupo juvenil, de manera particular a la JUVAM (Juventud Amigoniana) no era visto para nosotros como una opción, teniendo en cuenta que en nuestra mente estaba lo que el mundo nos ofrecía, experiencias vacías carentes de sentido y que llenaban momentáneamente.
Para muchos jóvenes, ir en contracorriente podría asemejarse a un riesgo en cuanto al ámbito social, ser señalado, estigmatizado y en ocasiones perseguido; acercarse al mensaje de Jesús en este tiempo puede ser un acto de rebeldía, en un mundo donde es mucho más fácil poner siempre la mente fría y calculadora en datos, dinero y estadística, dejando el corazón a un lado, sin ser empáticos con el que sufre, siendo indiferentes; allí Jesús invita a mover la vida.
De esta manera iniciamos nuestro proceso JUVAM, permitiéndonos ser movidos desde dentro, aprendiendo a ser dóciles al proyecto que Jesús nos mostraba para nuestras vidas, despertando esa sensibilidad hacia el dolor de nuestros hermanos, apasionados por su mensaje; allí maduramos cada uno y juntos como equipo, crecimos en lo espiritual y nos acercamos a los que serían la misión encomendada por Dios, ser esposa y esposo, el mejor “team”, con Dios en el centro.
Hoy en día hablar de proyecto, para muchos jóvenes puede ser agobiante, tedioso y pasado de moda, se piensa que se debe planear sobre el camino o simplemente ir sorteando cada reto que se presenta, pero sin lugar a duda, por nuestro proceso juvenil, desde nuestra Diócesis en Caldas, Antioquia, podemos decir que hay jóvenes apasionados por la vida, sensibles por el hermano, críticos a lo que sucede en su entorno, activos en los ámbitos y espacios donde se toman decisiones que los impactan.
En la juventud, encontramos diversidad, hay amantes de la naturaleza, locos por la lectura y demás formas de arte y expresión, con quienes se puede tener una excelente conversación; capaces de abrirse camino y encontrar en todos estos detalles, opciones de vida.
Aproximarnos a los jóvenes no sería posible si los vemos por medio del estigma; debemos verlos en su integridad y lo que ella representa para el mundo, una fuerza vital capaz de movilizar y darle sentido a sus proyectos. En este sentido, Jesús es el ejemplo a seguir, capaz de aferrarse y amar hasta el extremo el proyecto que el Padre diseñó para su vida terrenal.
No podemos terminar este artículo sin invitarte a que te dejes mover por la fuerza de Dios, la cual nos invita a arriesgarnos, a ser valientes en momentos donde la adversidad puede oscurecer nuestro camino, pero siempre con la fe y la esperanza de que, guiados por el Espíritu y motivados por el mensaje de un Jesús joven, encontraremos la mejor opción.
¡Paz y Bien!
Con afecto,
CAROLINA & SANTIAGO