“Paso a paso Dios hace la historia, también nosotros la relatamos con el tejido del bien realizado en la cotidianidad.” (Papa Francisco)
Dios lleva adelante la historia y siempre va caminando con nosotros. En 1923 por iniciativa de los señores Ignacio Cabrales, Antonio Lacharme, Eusebio Pineda y otros quienes pidieron a la congregación les fuera enviado un grupo de religiosas, se da inicio a esta magna obra del colegio la Sagrada Familia.
Celebrar 100 años es motivo para la gratitud como el sello distintivo de los corazones nobles.
Agradecer a nuestras hermanas que un día con la fuerza que solo proviene de Dios iniciaron esta obra, a quienes los obstáculos y condiciones del momento no impidieron alcanzar sus sueños. Con sacrificio, amor y perseverancia acompañaron los procesos que dieron lugar a esta obra educativa, a la formación integral de los estudiantes, pero sobre todo a las enseñanzas impartidas desde el corazón.
Damos gracias porque Dios ha sido compañero fiel en el camino. Cuánto esfuerzo, dedicación y entrega de nuestras hermanas, este tiempo es oportuno para honrar la memoria agradecida de tantas hermanas Terciarias Capuchinas que con arrojo y coraje gastaron sus vidas en la misión confiada de educar muchas generaciones. Junto a ellas, tantos maestros, mujeres y hombres convencidos y llenos de vocación de servicio, que apostaron por la siembra de semillas de vida y esperanza en los corazones de innumerables familias en córdoba y la región.
Son 100 años que suman muchos acontecimientos y en la actual página de la historia estamos invitados a conservar fresco el deseo de hacer crecer los motivos para creer el futuro. Como equipo Colsafa nos acompaña el reto de brindar a nuestros estudiantes una formación integral, cimentada en la columna de los valores, para que como egresados sean personas de bien, líderes positivos y propositivos, con una nota distintiva de la ética en los distintos escenarios donde Dios les permita desempeñarse y servir. Hombres y mujeres gestores de nueva sociedad, defensores de la vida, de la unidad familiar y de la ecología.
Agradecer a Dios por el gran ramillete de nuestras queridas exalumnas, 94 promociones la mayoría femeninas y tres mixtas. Han hecho eco de lo vivido en su colegio manifestado en la dedicación, responsabilidad, eficiencia y gratitud demostradas a través de una meritoria labor como profesionales en escenarios educativos, en colegios, universidades, organizaciones, empresas y en los lugares que Dios les ha trazado para su vida, cumpliendo la misión, en sectores oficiales o privados donde el desempeño ha sido ampliamente reconocido.
Ellas llevan impreso en sus corazones el sello Colsafista, sembrando vida, dejando huellas de su calidad humana y profesional en Montería, córdoba, Colombia y muchos países donde hoy se encuentran, sin olvidar sus raíces, historia y la tierra que los vio nacer.
En sintonía con la enseñanza del papa Francisco está planteado nuestro reto, ser promotores de vida, artesanos de humanidad, expertos en convivencia.
Gratitud por 100 años de existencia, que nos permite hacer un recorrido histórico, donde aparecen nombres, rostros, sucesos y experiencias que al devolver el tiempo los contemplamos con el corazón lleno de regocijo.
A los docentes que con desvelo han dado lo mejor de sí mismos, nuestros colaboradores en el ejercicio de enseñanza de tantos años, a los de hoy, enfrentados a tantos retos que nos plantea el momento actual, su labor del día a día es fundamental, gracias porque con el paso del tiempo siguen creyendo en el poder transformador de la educación, haciendo vigente y fecunda la pedagogía de nuestro Padre Luis Amigó y Ferrer, “Pedagogía del amor”.
Imploramos al Señor nos regale siempre su luz y sabiduría para continuar esta delicada misión que nos ha sido confiada, la de formar integralmente a nuestros estudiantes y la invitación esta ofertada con esperanza seguir tejiendo esta historia.