3 de Julio: jornada de la Familia Capuchina

El 3 de julio de 1528, el Papa Clemente VII, por medio de la bula “Religionis zelus”, aprobó la Orden capuchina, uno de los brotes de reforma surgido en el seno de la Familia de los Hermanos Menores, por iniciativa de unos hermanos que sentían la inquietud de volver a una vida más acorde con los orígenes de la Fraternidad franciscana, fortaleciendo la vida de contemplación, recuperando una mayor austeridad en la vivencia de la pobreza y reafirmando la misión evangelizadora a través de la predicación popular y la presencia en lugares de frontera. El origen de la Orden capuchina, así como el de otras órdenes y congregaciones, está indudablemente relacionado con en el movimiento de reforma que se dio en la Iglesia católica en respuesta a la provocación creada por las comunidades cristianas que, bajo distintas pero a la vez parecidas motivaciones, se iban separando de la Iglesia de Roma y rompían su comunión con el Papa.

Con el tiempo, los Capuchinos se han afirmado como una Orden numerosa y significativa en la Iglesia y, desde sus orígenes en el siglo XVI, se han caracterizado por el testimonio de santidad en lo cotidiano y en lo sencillo. Su presencia en medio de la gente a través del ministerio de la predicación, confesión y anteriormente también como limosneros, y capellanes en los lugares del dolor – hospitales, cementerios, cárceles – y su compromiso en el acompañamiento y formación espiritual de grupos de laicos de la Tercera Orden Franciscana (hoy Orden Franciscana Seglar), han contribuido al crecimiento de la fe en el pueblo de Dios e incluso al nacimiento de familias religiosas inspiradas en la espiritualidad franciscano-capuchina, entre las cuales está la de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia.

El Padre Luis Amigó fue un auténtico capuchino que se mantuvo vinculado a su Orden aun siendo Fundador y Obispo y quiso que las dos familias religiosas que fundó, no perdiesen nunca el espíritu franciscano-capuchino (cf. OCLA 1920) y fueran agregadas a la Orden capuchina (cf. Iriarte L., Historia de la Congregación, pág. 53).

La Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia fue agregada a la Orden en el año 1905 por expresa voluntad del Padre Luis Amigó quien, con este acto, quiso hacerla partícipe del patrimonio espiritual de su Familia religiosa de origen y, a la vez, injertar en ella la riqueza de su carisma específico. Tenemos que reconocer que los Hermanos Capuchinos han jugado y juegan un papel importante en la historia de las Hermanas Terciarias Capuchinas, sea en el acompañamiento para su formación franciscana, como abriendo y recorriendo con ellas los caminos de la misión; a la vez, allá donde se cultiva más este compartir, se percibe la belleza del carisma vivido desde lo femenino y masculino.

El 3 de julio, aniversario de la aprobación de la Orden de los Capuchinos, toda la Familia capuchina está llamada a celebrar con gratitud su presencia en la Iglesia, reafirmando su compromiso de fidelidad al carisma inicial enriquecido con lo específico de las muchas congregaciones que han brotado de un corazón auténticamente capuchino.

En otros momentos, en esta fecha se han realizado encuentros de familia que han fortalecido los vínculos de fraternidad (la fotografía corresponde a la Jornada del año 2017); este año no será posible pero nada ni nadie puede impedirnos vivir esta Jornada con un recuerdo especial en la oración y sentirnos miembros de una familia más amplia con quien intercambiamos dones espirituales y afecto fraterno. 

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