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Carta inédita sobre la muerte de nuestro Padre Luis

Una “joya-“…Esto tenía yo en mi “baúl” y por esas “inspiraciones de Dios” tuve la idea de descorrer su velo, para darle luz, darle alas, darle vida. Tantos años conmigo, en mi libro “Liturgia de las Horas”, como un “papelito” con dobleces llenos de tiempo y de marcas, con caracteres de impresión deteriorados al máximo por el correr oculto de años silenciosos. De una fragilidad impresionante pero dócil a la caricia, a una lectura descifrada hasta con lupa para desentrañar la ternura cobijada en el corazón y los dedos de una Hermana lejana en nuestra historia actual, pero viva en cada una de sus expresiones, narrando con infinito afecto, los últimos momentos de la preciosa vida de nuestro Padre Fundador. Un testimonio profundamente revelador para estas fechas de tan grata memoria.

Una fecha inexplorada: “7 de octubre de 1934”… Todavía el eco de las campanas y el olor a cirios consumidos en un silencio reverente, dejan sentir su presencia como apretando entre sus lloros el corazón de un hombre con perfume del amor de Dios. El Padre descansa en su tumba y estrena la “felicidad eterna”. En las almas no hay recuerdos, hay vivencias, experiencias de abrazos paternales, de palabras plenas de deseos e ilusiones sobre el futuro de su familia, engendrada en la plenitud de sus años y fuerzas juveniles. Novicios y novicias…promesas de futuro tras las huellas del “aquel de Asís” están en el centro de su espíritu y en sus consejos visionarios del tiempo y de la historia.

Y allí, en Masamagrell, en la Casa que tanto quiso, en la Capilla que él mismo se inventó, está depositado su cuerpo. Y de esta presencia silenciosa, de este “hombre de la voluntad de Dios” surge una realidad que cautiva y estimula a la fidelidad, a la autenticidad, a la prontitud frente a los llamados del mundo, de la “casa común” y de la Iglesia, enarbolando la bandera del carisma compasivo y redentor. Masamagrell, ALFA Y OMEGA del Padre, principio de su vida y reposo final de su existencia corporal.

La fidelidad de quien escribe obedeciendo un mandato paterno. “Ante todo reciba una bendición especial suya, así me lo encargó con paternal amor e interés se lo escribiera de su parte, lo que cumplo hoy con mucho gusto”.

Nos disponemos a “leer” un sublime testamento de amor de nuestro Padre Fundador por sus Religiosas de América. Quisiera publicarla a los cuatro vientos de nuestra geografía y de rodillas, orar, agradecer, compartir el eco filial de lágrimas inquietas, suspiros silenciosos, voces cautelosas, miradas fraternas, abrazos de dolor y fortaleza, augurios de esperanza, fe y amor en nuestro devenir, promesa de supervivencia en el corazón de Dios, de María y del mundo que nos llama a una entrega total por el Evangelio.

Masamagrell, octubre 7 de 1934

Rvma. Madre Comisaria Capitular

Yarumal

Carísima e inolvidable Madre Purificación: El Señor nos dé su paz.

Con el corazón desgarrado por la pena y amargura en que nos ha dejado sumidas la desaparición de nuestro amantísimo y venerado Padre Fundador (q.e.p.d.), le dirijo estas líneas para comunicarle algo de lo que en sus últimos días tuvimos ocasión de recoger de sus benditos labios.  Ante todo reciba una bendición especial suya, así me lo encargó con paternal amor e interés se lo escribiera de su parte, lo que cumplo hoy con mucho gusto.

Él, presintiendo su muerte, no omitió detalles en todos los momentos de la última temporada que estuvo entre nosotras. Pues tuvimos la dicha de tenerlo en esta santa casa desde el 20 de agosto hasta el día 6 de septiembre que fue a Valencia para bendecir el enlace matrimonial de su sobrino Luis Boada Amigó y ese mismo día se lo llevaron nuestros Padres y Hermanos Terciarios Capuchinos a su Convento de Godella por ver si allí se aliviaba por el cambio de aires, pero todo fue inútil: allí falleció,  tocándole a la Rvda. Madre Rosario de Soano y Rvda. Madre Cruz de Beniarjó la incomparable dicha de recoger su último suspiro por haberles tocado a ellas el velarlo aquella noche.  Murió a la una de la madrugada del 1° de octubre teniendo la suerte el R. P. Lauriano de Burriana, Terciario y Superior de la Casa de Godella, de darle la última absolución. 

 

En vano se esforzaban los señores médicos por combatir el mal que minaba tan preciosa vida y por tanto se veían obligados a exclamar: “El Señor Obispo se muere sin enfermedad”.  Y, como se explica esto? Ah!…es que su mal era más íntimo.  La pena moral que devoraba su corazón era muy grande!… y de ahí que iba extinguiéndose con lentitud, orando y sufriendo en silencio ese mal que nos lo ha arrebatado: su Diócesis, sus pobres Sacerdotes necesitados… todo esto lo apenaba pero lo sufría con la resignación de un santo!… Así lo veneran todos, como a un verdadero Siervo de Dios.  Su corazón estaba devorado por la amargura al ver a su Diócesis en la extrema miseria: sus Sacerdotes sin pan y sin hogar casi.  Los suspiros que ahogaban su pecho en sus últimos días eran continuos.  El llanto de sus ojos era también casi continuo.  En fin… que ha sido una víctima de las circunstancias que lamentamos durante tres años.  Últimamente llegó a no apetecer nada.  Estuvo cinco días sin tomar ni agua, solo humedeciéndole con ella los labios.

El Viático lo recibió sentadito en un sillón, con la serenidad y agradecimiento de un santo, el día de la Virgen de las Mercedes y de manos del Señor Obispo Lauzurica, Auxiliar del Arzobispo de Valencia, a quien le ha recomendado sus dos Congregaciones. Sus días de enfermedad fueron de grande edificación a todos cuantos le visitaban.  Qué agradecimiento manifestaba, cómo pedía perdón y qué paz se vislumbraba en tan buen Padre. Murió como mueren los santos: perdonando y bendiciendo a todos.

 

Dos días antes de morir hizo llamar a su presencia, a la una de la madrugada, a todos los Novicios y Profesos para bendecirlos por última vez y darles sus últimos consejos.  Aquí también, durante los días que estuvo. Se fue, dos o tres veces, al Noviciado a dar a las novicias exhortaciones que no olvidarán jamás.  También a nosotras, las Profesas nos hablaba, en los recreos, de la vida de nuestro Seráfico Padre San Francisco, animándonos a tener mucha confianza en la Divina Providencia ya que Dios había prometido al Pobrecillo de Asís que si dos panes solos hubiera en el mundo, uno sería para sus hijos. Nos exhortaba a la guarda de la Santa Regla y Constituciones así como a que procuráramos conservar el espíritu de humildad y pobreza franciscanas en que tanto deseó él siempre se cimentara nuestra amada Congregación.

Roguémosle, pues, amada Madre Comisaria, nos continúe bendiciendo desde el cielo y proteja su obra derramando gracias sobre sus dos amadas congregaciones para que perduren en el corazón de sus hijos e hijas las virtudes que él tanto nos predicó siempre con su ejemplo: mansedumbre, humildad y agradecimiento a Dios y a todos cuantos nos favorecen de obra o de palabra.

 El día 2 hicieron los Funerales en la Comunidad de Godella y por la tarde fue el traslado de su venerado cuerpo hacia la Parroquia de Masamagrell.  No le puedo explicar cuánto fue la asistencia, la veneración y el orden que hubo… Bien se ha visto cuánto lo querían!…El 3 fueron en la Parroquia oficiando el Señor Arzobispo de Valencia, con asistencia del Cabildo de Segorbe y otras dignas autoridades.  A continuación condujeron el cadáver a nuestra Capilla y en el día señalado, de N. P. San Francisco fueron los funerales y sepultura.  Todo ha resultado ordenado y devoto como él era.

Su memoria será reconocida por todos en general en este pueblo donde el Señor Alcalde y Miembros del Ayuntamiento como todas las demás personas y Clero de los pueblos vecinos han acudido a Godella como a esta santa casa a tributarle el homenaje último de su veneración y aprecio.

Descanse en paz el amado Padre cuya memoria será bendecida siempre por sus hijos.

La Reverendísima Madre General la bendice y por su conducto a todas sus amadas hijas colombianas.

Afectísima y apenada Hermana en el Seráfico Padre que se encomienda a sus oraciones.

Su Hermana Josefa de Dabajuro

Después de enumerar Hermanas tan significativas, qué papel juego yo?…Simplemente un medio para darle vuelo a unas alas dispuestas a un viaje planetario y celestial desde aquel 7 de octubre de 1934; para “sacar de mi baúl”, vivencias, experiencias, recuerdos, existencias cada vez más fascinantes, para reconocer en los anaqueles de nuestra historia la riqueza espiritual que subyace, en el silencio orante de una tumba, puro sagrario, donde está la génesis de nuestro ser de Terciarias Capuchinas, de Terciarios Capuchinos, de Familia Amigoniana

Con sentimientos fraternos

Hna. Dora Arboleda Hoyos t.c

Provincia “Nuestra Señora de la Divina Providencia”

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Un icono que habla

Encuentro de Francisco con el Crucifijo de San Damián

Introducción

El icono del crucifijo de san Damián ha tenido gran difusión en la piedad católica, en cualquier almacén o litografía es fácil conseguirlo, seguramente su formato y colorido lo hacen especialmente atractivo, simplemente desde intereses piadosos o estéticos, de repente lo encuentras en la oficina de un gerente de un banco o en la sala de espera de un consultorio médico.

Quiero compartir con ustedes una corta reflexión sobre el encuentro de San Francisco con el Cristo de San Damián en los albores de nuestra caminada espiritual, reflexión que he tenido el atrevimiento de poner el título de “Un icono que habla”.

Los estudiosos del icono de San Damián ubican su origen en los siglos X u XI, muy seguramente pintado por algún monje que vivía en la región de la Umbría. Elaborar un icono requiere de un infinito sentido de contemplación, oración y mística sobre la figura que se ha de pintar.

Un icono está pintado esencialmente para ser contemplado, en este de San Damián, lo primero que salta a la vista es la figura de un Cristo crucificado y al mismo tiempo resucitado, con unos enormes ojos abiertos y gran luminosidad en los colores de los personales que lo acompañan; colores que contrastan con el fondo negro que en la iconografía de la época significa muerte, rojo que indica la divinidad, dorado que representa la eternidad, azul y verde que hacen referencia al mundo y al transcurrir de la historia humana.

Este encuentro de Francisco con un icono que le habla al corazón desde una iglesia cuyo techo se viene abajo, es un acontecimiento fundante del carisma franciscano. Antes ya había tenido dos importantes encuentros, consigo mismo en la enfermedad y la soledad y con el leproso, fuera de las murallas de la ciudad, en el camino.

El orden de los encuentros refleja la evidente centralidad del ser humano en la espiritualidad franciscana situado en contextos de marginación. A propósito de los encuentros cabe anotar la importancia que tiene el tema en el magisterio del Papa Francisco cuando habla de la cultura del encuentro.

Desde la Laudato Si´ y la Fratelli Tutti no cabe la menor duda, según lo expone el Papa que todo está relacionado y que todos somos hermanos y hermanas en esta maravillosa peregrinación que es la vida, entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas, amor que une con tierno afecto, al hermano sol, a la

hermana luna, al hermano río y a la madre tierra» (LS, 92). Además con la certeza de que no es posible acentuar un encuentro descuidando o ignorando otro, o lo que sería peor, bloqueándolo, creando una fractura interna que puede llevar a la muerte.

Es evidente en la espiritualidad franciscana la relación entre encuentro, reparación y cuidado, tres temas que reflejan un sentido materno que pone tareas solo realizables desde una verdadera conversión integral, ecológica y pastoral.

Para vivir la vocación franciscana, además de una conversión holística se debe caminar hacia una renovación de sentidos de comprensión, hacia una nueva comprensión de las relaciones en clave de vida de apertura y disponibilidad de corazón, de mente, una apertura que lleve más allá de los estrechos muros institucionales, de la auto referencialidad que empobrece e inmoviliza.

Con urgencia se ha de volver al Jesús del evangelio, al de Emaús, al de los pescadores del puerto, al de la las bodas de Caná, al amigo de los de Betania. Al Jesús orante del desierto, tentado por satanás, al Jesús que llora su amigo muerto, que cura a la mujer enferma. Para que se dé un verdadero encuentro con Jesús de Nazareth se debe hacer el camino que emprendieron Clara, Francisco, Antonio, Buenaventura, Fray Luis Amigó y muchos, muchos otros hombres y mujeres que se atrevieron a dejarlo todo para abrirse al mundo de manera tal que la Cultura del encuentro sea posible.

Solo así se reparará la casa que amenaza ruinas, la casa común, golpeada por el calentamiento global, por la pobreza y la guerra. Es necesario que se conozca y se asuma la identidad franciscana de veras, desde las iniciativas que impulsan la Familias Franciscanas de cada país, las Comisiones de Justicia Paz e Integridad con la Creación JPIC, las redes de Migrantes y de defensores y defensoras de derechos humanos de mujeres, niños y niñas, poblaciones LGBTIQ+, Comunidades ancestrales. Atreverse a tejer con otros, abriendo las instituciones a quienes deseen ser artífices de paz con justicia y dignidad.

Es necesario como lo dice incansablemente el Papa Francisco asumir el deber que como cristianos tenemos de involucrarnos en la política porque ella es una de las formas más altas del amor ya que busca el bien común, Clara y Francisco tenían conciencia de ser ciudadanos y trabajaron por una convivencia en paz y justicia. De esta manera es importante que como franciscanos hagamos sinergia en Naciones Unidas desde la oficina de Franciscans International que hace visible a la comunidad internacional el estado de ruina o de reparación de la casa.

Que sigamos construyendo, animando la “Bendita pertenencia común” que nos hace hermanos y hermanas, dice el Papa Francisco en la FT: “La fraternidad y la amistad social se expresan a través de actos de benevolencia, con formas de ayuda y acciones generosas en tiempos de necesidad. Un afecto desinteresado hacia otros seres humanos, sin importar la diferencia y la pertenencia”.

Juan Rendón Herrera OFM

Fuente: http://www.pasionensalamanca.com/
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Los mártires, máximo testimonio de fe …

Rocío Romero, escribe que los testimonios de los mártires de los años 30 no hablan de miedo u odio sino de perdón;  está profesora de secundaria acaba de impulsar “El cielo fue su respuesta”,  un espacio digital donde recupera la memoria de los mártires de la guerra civil, sitio web donde Rocío Romero Aguilera profesora de secundaria en la comunidad de Madrid recupera los testimonios de muchos Mártires de la guerra civil que fueron asesinados y murieron perdonando; un homenaje desde las entrañas y en el que aflora un alma agradecida.

En su testimonio personal escribe en su página web: “Desde que empecé a escribir sobre los mártires españoles de los años treinta, muchos me preguntan por qué lo hago … Es muy sencillo: por Amor. No hay nada más bonito que encontrar una historia de amor y yo, cada vez que discurro por los caminos que trazaron los mártires con su sangre, la encuentro.

… Y el Cielo fue su respuesta.

Los mártires de los años treinta en España murieron por el odio a la religión de los que los condenaron; no se cruzaron razones de otro tipo. Es decir, que murieron por Amor; por la salvación de todos. Si Cristo entregó su vida para salvar a la humanidad entera, los mártires, firmes en su fe, renuevan con su sangre ese sacrificio, fortalecidos por la presencia de María, Nuestra Madre.

Es difícil encontrar algo valioso y no compartirlo. Los que somos católicos tenemos verdaderos tesoros de fe y a veces no lo sabemos; la historia, los acontecimientos, discurren en contra y se silencia aquello que se considera «peligroso»… En este sentido no les falta razón a los que dicen esto, porque el Amor (el de la mayúscula) llevado a sus últimas consecuencias, todo lo puede; en él, Dios todo lo puede.

Que ni una vida se pierda…

ROCIO ROMERO.

FUENTE: Blogger: el cielofuesurespuesta.com

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Octubre: Mes de las Misiones

La Iglesia Católica celebra las Misiones en octubre, puesto que fue en esté mes que se descubrió el continente americano, abriendo así una nueva página en la historia de la Evangelización. Este debe ser considerado en todos los países como el mes de la misión universal. El penúltimo domingo de octubre, proclamado Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) constituye el punto culminante de las acciones de la iglesia por las vocaciones y misiones.

La finalidad fundamental del octubre misionero es promover el espíritu misionero en toda la Iglesia y un compromiso concreto con las misiones tanto las que se realizan en nuestro país como en otras partes del mundo.

Como expresión de fraternidad y solidaridad universal y como actividad central durante el octubre misionero, realizamos en todas las diócesis, parroquias e instituciones católicas de nuestro país la COLECTA MUNDIAL DE LAS MISIONES, sumándonos a la que se realiza en todo el mundo.

En el mes octubre misionero la oración y cooperación material responden al estado de necesidad que sufren tantas personas y poblaciones del mundo, surgen muchas necesidades tanto materiales como espirituales y está en nosotros y en nuestras familias dar una parte de lo que tenemos a quien lo necesita.

El papa Francisco nos dice en su mensaje en este mes de las misiones: “Para que sean mis testigos” (Hch 1,8)

FUENTE: colegiocentral.edu.mx/

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ECOS DEL XXIII CAPÍTULO GENERAL Días 1 – 4 de octubre 2022

Día 01 de octubre: FIESTA DE NUESTRO PADRE LUIS AMIGO Y FERRER

Este día 1 de octubre fue de gran solemnidad para todas las hermanas de la Congregación que en comunión con nuestros Hermanos Terciarios Capuchinos y personas con quienes compartimos el amor al P. Luis y la vivencia del carisma amigoniano, celebramos un aniversario más de su pascua. La liturgia de Laudes, orientada por las Hermanas de la Provincia “Nazaret” motivó a dar gracias por su vida, destacando su actitud profética que contribuyó a poner más paz, confianza y humanidad en el mundo y en la Iglesia, y recordando estamos llamadas a recoger su herencia siendo testigos del Evangelio en la realidad de hoy, acogiendo y abrazando la diversidad como lugar donde Dios se hace presente

Con el detalle de una vela colocada en una hoja de arcilla hecha por personas discapacitadas del Centro “Rafael” en Bratislava (Eslovaquia), las Hermanas capitulares reciben el llamado a dar valor a los pequeños de la historia y a «acoger nuestra fragilidad» simbolizada por el objeto que se les ha entregado en las manos.

En la oración de la mañana se vivió otro momento de mucha emoción que más tarde se compartió con toda la Congregación:  la Hna. Blanca Nidia Bedoya Salazar, Superiora General dio a conocer una carta inédita escrita por la Hna. Josefa de Dabajuro a la Hna. Purificación de San Andrés, en la cual ella narra con detalle los acontecimientos que rodearon la muerte de nuestro Padre Fundador, y la finura y el amor que se perciben en sus palabras suscitan sentimientos que son motivo de oración ante Jesús Sacramentado. Interesante el hecho de que esta carta ha sido enviada por la Hna. Dora Arboleda Hoyos, a quien la entregó la Hna. Imelda de Yarumal; es un tesoro escondido, del que el Señor se vale para continuar avivando en las hermanas el amor al Padre Luis y a la Congregación.

A las 9:00 a.m. las Hermanas se congregan en la Sala Capitular para continuar con la Aprobación de las propuestas de modificaciones de algunos números de Constituciones y Directorio, durante este trabajo intenso pero muy importante para la Congregación percibimos clara la presencia del Señor.

A las 19:00 horas, en la capilla de la Curia general se dieron cita las Hermanas participantes del XXIII Capítulo general, las hermanas de la casa y los Hermanos Terciarios Capuchinos que se encuentran en Roma celebrando el 7º Consejo General Ampliado, para celebrar la Eucaristía en honor a nuestro padre Luis Amigó.

Cada detalle fue preparado con sumo cuidado para este acto tan significativo en que se honra a un hombre que se fio de Dios y quien, con su vida y testimonio dejó un legado lleno de actualidad para el mundo de hoy. La Eucaristía se transmitió a través de las redes para permitir a quien lo quisiera, disfrutar este momento de fraternidad amigoniana en memoria del Padre Fundador.

Es de destacar que el decoro del lugar, la presencia de las hermanas y hermanos en comunión, las ofrendas, los cantos, los mensajes, palabras y gestos fraternos imprimieron solemnidad al momento rindiendo alabanza a Dios en Jesús que se proclama en la Palabra y se entrega en el altar hecho Cuerpo y Sangre.

El Padre Frank Gerardo Pérez, Superior general de los hermanos Terciarios Capuchinos, quien presidió la Eucaristía, en su homilía dirigió un saludo fraterno a las hermanas que terminaron su servicio de Gobierno y a quienes empiezan esta misión. Partiendo del texto del Evangelio Lc. 15,1-10, puso en evidencia la generosidad y la misericordia de Dios hacia los pecadores y la alegría de Dios por el encuentro, el regreso y la recomposición de la persona. Expresó que el carisma del Padre Luis está en nosotros e invitó a mantener la llama encendida para que no se apague jamás.

Antes de finalizar la celebración, la Hna. Blanca Nidia Bedoya Salazar, Superiora general dirigió un sentido mensaje a las hermanas, hermanos, familias, laicos y miembros de la gran Familia Amigoniana, resaltando en él, algunas virtudes del Padre Luis, hombre dócil en las manos de Dios, fiel a las inspiraciones del Espíritu, referente de Evangelio, amor, compasión y misericordia e invita a vivir la frescura y el dinamismo del carisma legado.

Todo se desarrolló en un ambiente es festivo, lleno de palabras, gestos y detalles de fraternidad, y de alegría en el compartir. Por todo sean dadas las gracias a Dios.

Día 02

Este día, domingo, las Hermanas capitulares disfrutaron de un día de descanso y muchas de ellas aprovecharon para descansar, visitar algunos lugares o completar tareas capitulares.

Día 03

El día empezó con la celebración de la Santa Eucaristía presidida por Padre nuestro párroco Giuseppe Tristaino FSMI, Párroco de la parroquia a que pertenece la comunidad de la Curia general que en su homilía centrada en el Evangelio del Buen Samaritano hizo notar que la auténtica vivencia de este relato evangélico se refleja en las relaciones de compasión con nuestro prójimo es decir con las personas con quienes convivimos diariamente.

Durante la sesión capitular se realizó la evaluación final. Las Hermanas valoraron positivamente la metodología de los trabajos capitulares y el ambiente fraterno que permitió obtener los frutos alcanzados y agradecieron la organización y detalles de las hermanas del Gobierno anterior, que favoreció la dinámica de diálogo y escucha.

A las 18:30 horas, en la Sala capitular todo estaba dispuesto para celebrar el Tránsito de nuestro Seráfico Padre San Francisco: presidia la celebración una estatua de San Francisco con el brazo levantado para bendecir la Iglesia, el mundo y para cada persona que se identifica con los valores del Evangelio.

Es la víspera de su Pascua, un guion preparado por las hermanas de la Provincia “Nuestra Señora de la Divina Providencia” que incluía cantos, salmos y textos de las Fuentes Franciscanas alusivos al momento, invitaban a la oración contemplativa de un momento sublime, del gozo de una vida entregada que no acaba en tristeza y melancolía, sino que abre a la esperanza y la luminosidad de lo nuevo. Entre los textos, muy significativo fue el diálogo de Francisco con la hermana muerte: en sus palabras se percibía su amor y confianza en Cristo crucificado a quien esperaba encontrar cuando la muerte lo hubiera llevado consigo. Al terminar su camino Francisco su última palabra fue: «Yo he cumplido mi tarea. Cristo os enseñe la vuestra». Tras de su muerte, Francisco ya no esta físicamente entre sus hermanos, pero su espíritu será fecundo en la vida de quienes escuchan la voz de Jesús y abrazan el Evangelio como forma de vida.

Día 04 de octubre

El 04 de octubre fue el último día del camino capitular. Inició con la solemne celebración de Laudes en la fiesta del Seráfico Padre San Francisco de Asís. En comunión con toda la Familia franciscana, la Iglesia y el mundo, nos alegramos y al Señor pedimos la gracia de la escucha humilde y la capacidad de situarnos al lado del hermano y de todo lo creado.

Reunidas las Hermanas en la sala para la última sesión capitular, las Hermanas de la Provincia “Nuestra Señora de Guadalupe”, encargadas de la liturgia de este día, dirigen una celebración centrada en la fiesta.  Se hizo lectura del numeral 85 del “Espejo de perfección”, en el cual se describe el Seráfico Padre como concebía al perfecto hermano menor: “… que sería buen hermano menor aquel que conjuntara la vida y cualidades de todos sus hermanos”. A continuación, cada hermana capitular recibe una tarjeta con el nombre de otra hermana en la que anota un valor significativo que ha descubierto en ella y con el que aporta a la edificación de la fraternidad y entrega los reconocimientos a la hermana correspondiente suscitando un momento de gratitud y alegría.

La sesión capitular tuvo una agenda especial que incluyó la lectura de la Primera comunicación de la nueva Superiora general Hna. Blanca Nidia Bedoya Salazar a toda la Congregación, del protocolo de promulgación de los Acuerdos del XXIII Capítulo general y la presentación del Documento final que se entregó a cada hermana. Último acto de la sesión fue el saludo de clausura de la Superiora general Hna. Blanca Nidia y el abrazo fraterno a cada hermana.

A mediodía, celebramos la Eucaristía de clausura, presidida por el Hno. Frank Gerardo Pérez Alvarado, Superior general de los Hermanos Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores. A través de signos y oraciones pedimos al Señor que sea nuestro compañero en la vivencia del nuevo itinerario que el XXIII Capítulo general abre delante de la Congregación, y queremos emprender guiadas por la fe, junto con nuestras comunidades y en nuestras obras apostólicas, en comunión con la Iglesia, el MLA y los laicos con quienes compartimos la misión.

Aprovechamos esta última comunicación para agradecerles profundamente a las hermanas, comunidades, miembros de JUVAM, MLA adultos, amigos sacerdotes y religiosas sus oraciones y los mensajes que han enviado mensaje a la Asamblea capitular y han sido una fuente importante de fe y fortaleza.

Ahora emprendemos un nuevo camino y el Señor está con nosotras. Juntas seguimos avanzando con esperanza, fortalecidas en el Espíritu, respondiendo a la misión de generar y cuidar la vida que Dios confía en nuestras manos. Por todo sea alabado el Señor.

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ECOS DEL XXIII CAPÍTULO GENERAL Día 30 de septiembre 2022

Comenzó la jornada del 30 de septiembre con la celebración de la Eucaristía, presidida por el P. Eliécer Balladares Arbustini, Terciario Capuchino. En la homilía recordó las palabras que el papa Francisco dirigió a las Hermanas capitulares en la audiencia que tuvo con ellas el pasado 26 de septiembre: “Sean profetas de la escucha” y, haciendo referencia a la figura de Job según presenta la primera lectura Jb 40,4-5, invitó a vivir el silencio profundo y la escucha humilde a Dios que se manifiesta en la obra de sus manos. 

Las Hermanas procuraron, en los distintos momentos del día, mantener viva, en este día vísperas de la fiesta del Padre Luis, su presencia entre nosotras y en actitud atenta, abierta, sinodal y contemplativa. El contenido de la jornada fue de gran trascendencia, pues consistió, en la aprobación del Documento final y Acuerdos del XXIII Capitulo general y continuar votando, uno a uno, así como determina el Directorio, la propuesta de modificación de algunos artículos de Constituciones y Directorio empezada el día anterior.

A las 19:00 horas en la sala capitular las Hermanas capitulares y de la comunidad de la Curia general, celebraron el Tránsito de nuestro fundador Padre Luis Amigó, preparado por las Hermanas de la Delegación general “Nuestra Señora de África”, utilizando varios símbolos: su imagen, un cirio encendido, una cruz, tierra y velas apagadas, signos que hablan por sí solos de amor, entrega, presencia de Dios, santidad, muerte y plenitud de vida. Los textos invitaban a contemplar como el Padre Luis se preparaba para acoger a la hermana muerte, preparando serena y tranquilamente su ataúd y con otros detalles que hablan de su fidelidad al hermano Francisco, del amor a sus dos congregaciones y de su profunda humildad, recogida en la frase que quiso fuese grabada en su lápida: «El hombre es tierra, la reputación es humo y el fin es ceniza».

La celebración transcurrió entre cantos, textos y salmos, dando gracias a Dios por su vida y por el legado entregado a la Iglesia y al mundo, así como, por las hermanas y hermanos que en el tiempo han abrazado su rica herencia carismática y la han compartido no solo permitiéndole existir, sino, volverse fecunda y esparcirse por el mundo.

Como gesto final, las Hermanas prendieron su velita en el cirio que representaba la vida del Padre Luis, cirio que fue apagado cuando conmemoramos el exacto momento de la muerte y con esto expresaron su compromiso de mantener vivo el carisma y contagiarlo con el testimonio de la propia vida. Por todo sean dadas las gracias a Dios.

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ECOS DEL XXIII CAPÍTULO GENERAL Día 29 de septiembre 2022

En la fiesta de los Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, las Hermanas de la Viceprovincia  Santa Clara, encargadas de la liturgia del día, animaron la oración de la mañana y como gesto significativo, antes de iniciar la Adoración eucarística, repartieron un papel con la imagen de un ángel y el nombre de una hermana para que, cada una, se comprometiera, a “ser un ángel” y a orar por la hermana que le había tocado.

El día fue dedicado a varias tareas, de cara a ir tomando determinaciones hacia la conclusión del camino capitular. Compartimos las resonancias sobre la conferencia y conversatorio con el Padre Aitor Jiménez, canonista de la Congregación para los institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, se pasó la consulta para Secretaria y Ecónoma general, que en su momento nombrará el Gobierno general, y se discutió, ampliamente, en plenaria, el primer borrador de los Acuerdos del XXIII Capítulo general, después de haber tenido un espacio de estudio personal y de mesas de diálogo. En cada uno de los momentos las hermanas crearon un ambiente fraterno de acogida, libertad, oración y discernimiento que permitió expresar inquietudes vitales y buscar juntas el querer de Dios para la Congregación. Por ello, damos gracias al Señor y a cada una de las Hermanas capitulares por su saber estar y escuchar.

La Eucaristía fue presidida por Monseñor Edgar Peña Parra, Substituto de la Secretaría del Estado  Vaticano, un hombre con grande responsabilidad en la Iglesia que sin embargo impacta por su sencillez y amabilidad;  su presencia fue motivo de alegría y fortaleció nuestra  comunión con la Iglesia.